Este programa de
voluntariado es organizado por la ONG Udutama (www.udutama.org)
en coordinación con Dña. Prapakorn Kutchaikul (alias “MomTik”- directora del
departamento de inglés del Insituto Nachuakpittayasan). Mediante dicho programa
los voluntarios damos clases
de inglés en institutos y
colegios públicos del municipio de Nachuak, provincia de Mahakalasam (región de
Isaan – la región más pobre de Tailandia).
La finalidad es principalmente la de motivar a los alumnos a estudiar inglés teniendo en cuenta la importancia del turismo en la economía tailandesa y para que su futuro laboral no se limite a la agricultura, la limpieza doméstica o la prostitución (gran parte de la “industria sexual” y de las actividades peor pagadas en las zonas turísticas de Tailandia- Pattaya, Phuket, Ko Samui…- son realizadas por los habitantes de Isaan). Además los profesores tailandeses pueden incorporar en su labor formativa ideas y buenas prácticas llevadas a cabo por los voluntarios siguiendo un modelo de educación completamente distinto al que se aplica en este país: las clases impartidas por los voluntarios son más participativas y buscan que los alumnos dialoguen y se expresen en inglés, mientras que el modelo que sigue la educación en Tailandia es el de “memorización por repetición”, lo que provoca que gran parte del alumnado sea incapaz de mantener una conversación simple en inglés. También los profesores toman nota de nuestra pronunciación y de las expresiones que empleamos en el día a día ya que su nivel de inglés es bastante bajo. Así mismo servimos de ejemplo ante los alumnos para que valoren el conocimiento del inglés como herramienta para mejorar su futuro.
En mi caso me correspondió impartir clases a alumnos entre 15 y 18 años (grupos 3º, 4º y 6º) en el instituto Nachuakpittayasan. Se da la paradoja que, debido al nivel de corrupción existente en el país, esta escuela está llena de televisiones de plasma y, en cambio, no hay presupuesto para comprar mesas y sillas para los alumnos. También di clases en el colegio de primaria de Ban Nong Bua Daeng; se trata de una escuela rural que me impactó por lo realmente pobre que era.
Comentar que el trato que hemos recibido los voluntarios ha sido estupendo y, a pesar de su pobreza, nos han agasajado con lo que podían. Los alumnos del instituto tienen gran disciplina (“disciplina militar” la llamaría yo) por lo que siempre hemos impartido las clases en un buen ambiente de trabajo y con gran respeto.
Por último destacar la labor organizadora y de coordinación que realiza MomTik (Dña. Prapakorn Kutchaikul). Ha sido la mejor anfitriona que he tenido nunca. A los voluntarios nos aloja en su misma casa (una casa de campo a las afueras de Natchuak) con todas las comodidades posibles (comida excelente, limpieza diaria, traslados a las diferentes escuelas…). Además tiene instalaciones en su casa de campo para dar clases de inglés a numerosos alumnos que, de manera totalmente gratuita, acuden todas las tardes.
A parte del voluntariado he podido aprender un poco de cocina tailandesa y masaje tailandés. También he podido viajar por la región y explorar áreas en las que no hay turistas. Así mismo hubo compañeros que hicieron jornadas de meditación en templos budistas cercanos a nuestra residencia.
En definitiva, una experiencia inolvidable.
La finalidad es principalmente la de motivar a los alumnos a estudiar inglés teniendo en cuenta la importancia del turismo en la economía tailandesa y para que su futuro laboral no se limite a la agricultura, la limpieza doméstica o la prostitución (gran parte de la “industria sexual” y de las actividades peor pagadas en las zonas turísticas de Tailandia- Pattaya, Phuket, Ko Samui…- son realizadas por los habitantes de Isaan). Además los profesores tailandeses pueden incorporar en su labor formativa ideas y buenas prácticas llevadas a cabo por los voluntarios siguiendo un modelo de educación completamente distinto al que se aplica en este país: las clases impartidas por los voluntarios son más participativas y buscan que los alumnos dialoguen y se expresen en inglés, mientras que el modelo que sigue la educación en Tailandia es el de “memorización por repetición”, lo que provoca que gran parte del alumnado sea incapaz de mantener una conversación simple en inglés. También los profesores toman nota de nuestra pronunciación y de las expresiones que empleamos en el día a día ya que su nivel de inglés es bastante bajo. Así mismo servimos de ejemplo ante los alumnos para que valoren el conocimiento del inglés como herramienta para mejorar su futuro.
En mi caso me correspondió impartir clases a alumnos entre 15 y 18 años (grupos 3º, 4º y 6º) en el instituto Nachuakpittayasan. Se da la paradoja que, debido al nivel de corrupción existente en el país, esta escuela está llena de televisiones de plasma y, en cambio, no hay presupuesto para comprar mesas y sillas para los alumnos. También di clases en el colegio de primaria de Ban Nong Bua Daeng; se trata de una escuela rural que me impactó por lo realmente pobre que era.
Comentar que el trato que hemos recibido los voluntarios ha sido estupendo y, a pesar de su pobreza, nos han agasajado con lo que podían. Los alumnos del instituto tienen gran disciplina (“disciplina militar” la llamaría yo) por lo que siempre hemos impartido las clases en un buen ambiente de trabajo y con gran respeto.
Por último destacar la labor organizadora y de coordinación que realiza MomTik (Dña. Prapakorn Kutchaikul). Ha sido la mejor anfitriona que he tenido nunca. A los voluntarios nos aloja en su misma casa (una casa de campo a las afueras de Natchuak) con todas las comodidades posibles (comida excelente, limpieza diaria, traslados a las diferentes escuelas…). Además tiene instalaciones en su casa de campo para dar clases de inglés a numerosos alumnos que, de manera totalmente gratuita, acuden todas las tardes.
A parte del voluntariado he podido aprender un poco de cocina tailandesa y masaje tailandés. También he podido viajar por la región y explorar áreas en las que no hay turistas. Así mismo hubo compañeros que hicieron jornadas de meditación en templos budistas cercanos a nuestra residencia.
En definitiva, una experiencia inolvidable.
Artículo publicado por Luis Eiras Muñoz en www.voluntariado.org
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